martes, 14 de enero de 2014

Historia de una ida y una vuelta.

    Hacía tiempo que no retomaba esto, pero es que pasamos de un periodo de aburrida rutina a unas frenéticas dos semanas de Navidad y Año Nuevo.

    Tras pasar Nochebuena con nuestros amigos Ellen y Stijn y Navidad con los padres de Mieke. Tras dejar la casa preparada para el nuevo inquilino y a los gatos cavando trincheras ante la que se les avecinaba, iniciamos el viaje el viernes 27 de Diciembre a eso de las cinco y media de la mañana (¡auch!). Curiosidades de los países pequeños, a las seis ya estábamos en Francia, que cruzamos de punta a punta en doce no demasiado pesadas horas de coche (con unos sorprendentes 20ºC en Burdeos) y en una hora más, a través de Euskadi, llegamos a Bermeo.

    ¿Qué decir de Bermeo, a parte de que es uno de los pueblos más simpáticos del mundo? 
Cómo no podía ser de otra manera, a las dos horas de llegar, y sin importar la paliza de coche, ya estábamos de jarana con mis tíos y primos llegando un tanto afectados a la cena con Amuma y de ahí, ahora si, a la cama. Al día siguiente hicimos una breve visita panorámica al cabo Matxitxako y en especial a San Juan de Gaztelugatxe, a donde por desgracia no pudimos bajar por el mal tiempo.


   Devuelta en Bermeo, más comer y beber, y a descansar, que al día siguiente tocaba la otra tirada a Cartagena.

   Una vez en Cartagena al fin pude ver de vuelta a la familia. Mi padre bastante recuperado de su operación y mi madre y hermanos como siempre, no como el pobre Indi, que estaba delgadito y frenético de verme. Nada como la bienvenida de tu perro tras dos meses sin verte... Sin olvidar a mi legión de tíos y primos y su elevado nivel de inglés :-P.

   Los siguientes días fueron un poco frenéticos. Salidas nocturnas, paseos perrunos diurnos para permitir a Indi despedirse de su hermano y hermana (Gauss y Tesla de izquierda a derecha en la foto) y disfrutar de un espléndido sol cartagenero y de una dosis de aire del Mediteráneo aue seguro que echaré de menos.



    Podría seguir contando detalles durante horas; conocer a Eric, el pequeño hijo de Sergio y Nicole, volver a cenar con los gañanes de mis amigos y las santas que nos soportan, irme de cervezas con los chotos y acabar con lagunas en la memoria (como no podía ser de otra manera) o comer con la familia, discutir con mi padre y chismorrear con mi madre, que también son ya arraigadas tradiciones familiares, aunque mejor dejar eso en el particular baúl de los recuerdos de cada uno de los que estubimos ahí... Pero todo lo bueno se acaba y llegó el día de volver. 

    El día 3 del recién estrenado año 2014 salimos para lo que, en un principio, se presentó como un viaje infernal. No habíamos llegado aún a Murcia y el ritual del mareo perruno se había presentado ya en todo su horripilante esplendor; babeos, vómitos y flatulencias (si la SS descubre a Indi lo nombra comandante de Auschwitz) pero el pobre animal, que es un estóico, asumió que era lo que había y poco a poco se fue normalizando la cosa, llegando incluso a disfrutar del viaje. 


    Ya entrada la noche de la primera jornada llegamos a Castell de la Platja D'Aro (Gerona) donde hicimos la primera parada para descansar. Anna, nuestra anfitriona no enseñó el bonito y minúsculo apartamento donde pasamos la noche durmiendo a pata suelta y por la mañana continuamos camino.

   Le dije adiós a España en la Junquera y esta vez, por primera vez en mi vida, sin fecha de vuelta.

   A media mañana hicimos la escala obligada en Caracassonne donde pudimos estirar nuestrar piernas (y patas) entre sus impresionantes murallas.





Los frikis deberían reconocer esta puerta ;)



    Mención especial merece Indi que, fiel a su espíritu de perro antisistema, (ya tiene en su haber una comisaría, una iglesia y un monumento a las víctimas del terrorismo) decidió depositar un lindo medio kilo de mierda en la puerta de la catedral de Carcassone, Patrimonio de la Humanidad. Eso es espíritu de superación. Temo sinceramente su próximo logro.

   Tras conceder mi más sentido homenaje a la cocina francesa, yendo a comerme un delicioso BigMac al McDonald que hay frente a las murallas (todo un ejemplo de contextualización europeo-medieval) continuamos viaje con un tiempo terrible que nos hizo echar de menos los 20º de la ida, hacia la región de Limoge, donde pasamos la segunda y última noche de viaje. Allí Tony y Caroline, una encantadora pareja de ingleses que regentan varias preciosas (y lujosas) casas rurales por un precio de risa en medio de un impresionante bosque de robles, nos brindaron toda su amabilidad y pasamos la noche. No desperdiciamos la oportunidad de dar un paseo a la mañana siguiente y eso nos convenció de que había que poner esa zona en la lista de futuros sitios de vacaciones (consejo que os extiendo). 

    Indi disfrutó a sus anchas durante un buen rato husmeando por todas partes y saltando entre ramasy pozas de agua hasta que llegó el momento de seguir camino.


En estas dos fotos podemos ver a Indi poseído por el espíritu del bosque.



    Y así seguimos, tras otras seis y pico horas de coche llegamos a Landegem, Nevelle, Flandes Oriental, Bélgica. Padara y fonda hasta nueva orden y sin fecha de salida.

    Fue un gusto veros a los que pude veros, las tapas en la Uva, los cubos en la Gas, el paseo a Fajardo, la decepción que me causó Esteban comiéndose "solo" 4 o 5 flanes de postre, las uvas con la familia, los encuentros casuales por la calle (inevitables en Cartagena), recuperar muchos de mis libros y volverme de vuelta con Indi. Quiero, ya de paso, disculparme con los que no pude ver, especialmente con los murcianos (vosotros sabéis quienes sois) y con la cabeza loca de Rou, que aunque si la vi, no pudimos despedirnos. Demasiada gente, demasiadas cosas que hacer y demasiado poco tiempo, lo siento de veras, pero habrá más ocasiones, lo prometo, aunque no sepa cuando. También quiero dedicar una mención especial a aquellas personas que SI avisé, si traté de quedar con ellas y me dieron largas, para vosotros ya no habrá una segunda oportunidad, si queréis verme ya me buscaréis y ya veremos que pasa.

    Y poco más, aquí seguimos, o comenzamos, y trataré de no tardar tanto tiempo con futuras actualizaciones sobre mi vida en Flandes.

       Un abrazo a (casi) todos, seáis lo que seáis.




3 comentarios:

  1. Un placer como siempre pasear perretes y beber en la Gas con usted,(y los choticos) esposo :)
    Espero no tardar un disparate en poder ir a pegar voces allí, en la tierra donde habláis al cuello de la camisa.

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  2. Joe qué envidia de fotos y qué corta tu estancia :-(
    Espero que la próxima pueda dar para más y espero saber en qué día vivo.

    Aún así me quedo con tu abrazo de reencuentro y el buen rato que pasamos :)

    Pd: sigo queriendo tu dirección! ;)
    Besazos!! cuídate mucho aunque veo que te apañas de lujoooo.

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  3. Eso de "discutir con mi padre y chismorrear con mi madre, que también son ya arraigadas tradiciones familiares", me ha llegado al alma, "zin acritú", como diría el inefable Felipe González... Pero "estuBimos", se escribe con V. De nada, hijo. Un beso, para ti, Mieke, el capadocio y los gatos. Besos a todos.

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